jueves, 19 de enero de 2012

El pirata Hugo Pata Palo en la isla del elefante grande

El pirata Hugo Pata Palo estaba todavía en la cama, rascándose la barriga y cantando su canción favorita, la canción del pirata Pata Palo:
 “Soy el pirata Pata Palo, soy muy alto y corpulento y me pongo un gran parche en mi ojito derecho,
como todos los piratas vivo en un bonito barco, fabricado de madera como mi pata de palo,
voy en busca de tesoros con mi gran amigo Floro, navegando por los mares y comiendo calamares,
duermo mirando a la luna y a las estrellas que brillan, sueño con vivir aventuras muy locas y divertidas…chimpón”.
El pirata Pata Palo por fin se levanta, se lava la cara y cepilla los dientes. Su amigo el loro Floro, que estaba a su lado, no dejaba de mirarle.
-“Capitán, capitán, ¿dónde vamos a ir hoy? –le pregunta muy animado.
-¡A la isla del elefante grande!, -responde-. Pero primero tengo que tomar mi ración de calamares, ya sabes que es muy importante desayunar bien.
El pirata Hugo Pata Palo se come uno, dos, tres…y hasta cuatro calamares. 
-¡Qué ricos están!, -dice relamiéndose una y otra vez-. Y ahora rumbo a la isla del elefante grande. ¡Levanten anclas¡¡Todos a cubierta! ¡Arriad las velas¡ ¡Vamos a zarpar!
El pirata Hugo Pata Palo sube al puente de mando y coge el timón. Su amigo Floro se posa en el hombro y el barco empieza a moverse. Navegan muy deprisa y el pirata sonríe pensando en la aventura que van a vivir.
-Capitán, capitán -pregunta Floro, que es un loro muy curioso-,¿por qué se llama la isla del elefante grande?
El pirata mira a un lado, mira al otro, no quería que nadie escuchara la historia que le iba a contar.
-Dicen –susurra al oído de su amigo- que en la isla hay un elefante azul-blue muy grande que cuida de un tesoro, un tesoro muy muy rico, y que enterrado bajo la arena hay un cofre lleno de monedas de oro de chocolate y hoy Floro, me apetece comer chocolate de postre, jajajaja.
-Pero ¿cómo vamos a conseguir que se mueva el elefante azul-blue si es tan grande? –le pregunta Floro un poco asustado.
-Lo tengo todo pensado -contesta Pata Palo-, mientras tú le entretienes yo cojo el tesoro.
Floro se queda con el pico abierto y tarda unos segundos en reaccionar.
-¿Que que que yo tengo que que que entretenerlo? ¿co co cómo?  - tartamudea de miedo el pobre loro.
-Muy sencillo Floro –le contesta como si nada-, le haces una pedorreta al elefante y sales volando, seguro que él te persigue y yo aprovecho para desenterrar el cofre, ¿a qué es un buen plan?
Floro no estaba tan seguro, pero no era la primera aventura peligrosa que vivía con su amigo el pirata Hugo Pata Palo.
Después de muchos minutos, el pirata y su amigo el loro llegan a la isla, aparcan el barco echando el ancla y se bajan muy decididos.
-Floro –dice el pirata-, ahora tenemos que encontrar al elefante, no creo que sea muy difícil porque es muy muy grande.
Floro se posa sobre el hombro derecho de su amigo Pata Palo y empiezan a caminar por la isla. Al cabo de un rato, una cosa grande grande y muy azul muy azul aparece a lo lejos.
-Mira Floro –señala con el dedo en dirección al elefante-, seguro que ese es el elefante, es grande y azul-blue como dicen que es. Ahora no podemos hacer ruido, tenemos que ir muy despacio.
Se acercan al elefante andando agachaditos y se esconden detrás de un árbol.
-Es la hora –le dice muy bajito el capitán a Floro-, es el momento de que vayas a entretener al elefante mientras yo cojo el tesoro.
El loro empieza a temblar porque el elefante es más grande de lo que se había imaginado, pero como es un loro muy valiente, extiende sus alas y se va volando hasta encontrarse cara a cara con el elefante.
-¿Quién eres loro atrevido? -dice muy sorprendido el elefante-, ¿no sabes que yo soy el gran elefante azul-blue y doy mucho miedo?
Entonces Floro le hace una pedorreta y sale volando. Como había dicho el pirata Hugo Pata Palo, el elefante se enfada y empieza a perseguir al loro Floro. Entonces el pirata sale del escondite y utiliza su pata de palo como pala para quitar la arena.
-¡Capitán, capitán! –grita Floro-, el elefante no para de seguirme y yo me estoy cansando.
-Ya queda poco amigo, descansa un rato en la rama más alta de un árbol -le contesta Pata Palo.
Floro busca el árbol más grande y se coloca en la rama más alta que encuentra, pero el elefante es tan grande que casi le toca con la trompa.
-¡Ay elefantito, elefantito! -le repite-, ¡Qué guapo eres y que grande! ¿Te gustaría ser mi amigo? Soy un loro muy divertido, cuento chistes…¿quieres que te cuente uno?
El elefante grande y azul-blue se queda muy pensativo y para sorpresa de Floro, baja la trompa y le sonríe.
-Vale -responde- , cuéntame un chiste y si me hace gracia te dejo escapar.
Floro empieza a pensar y a pensar todo nervioso porque no se le ocurre ningún chiste y el elefante se está impacientando. No hay mucho tiempo, así que cierra los ojos y le cuenta el primero que se le ocurre.
-¿En que se parece el cielo a un elefante azul?...pues en el color, porque los dos son azules.
De repente se hace el silencio, el loro abre poco a poco un ojo y para alegría suya al elefante le ha gustado.
-¡Jajajajajaja! –reía a carcajadas muy muy fuertes-.¡Qué chiste más bueno! ¡Qué gracioso eres, loro!
El elefante grande y azul no puede dejar de reír y como tiene una risa muy contagiosa, Floro empieza a reírse también. Al final, el loro y el elefante se hacen amigos. ¡Que bueno es tener sentido de humor!
Y mientras, el pirata Hugo Pata Palo sigue desenterrando el tesoro. Todavía no había terminado cuando ve llegar al elefante grande y a su amigo Floro que le saluda muy feliz.
-Hola capitán, ¿ha encontrado ya el cofre? –le dice muy contento.
El pirata se asusta al ver al elefante y casi se cae dentro del agujero que ha hecho al quitar la arena.
-Capitán no se asuste –le dice Floro con cara de estar pasándoselo muy bien-, el elefante es muy simpático y nos hemos hecho amigos, no le hará nada.
-Su amigo tiene razón –le dice el elefante al capitán-, no les haré nada, solo le voy a pedir un favor.
-¿Cuál? –pregunta muy sorprendido el capitán.
- Que si encuentra el tesoro, me dé alguna moneda –responde muy sonriente el elefante.
-¡Pues claro que sí amigo! –contesta el pirata-, lo bonito de encontrar tesoros es compartirlos con los demás.
Entonces el elefante con su gran trompa ayuda al pirata a quitar toda la arena. No tardan mucho en encontrar el cofre lleno de monedas de oro de chocolate.
-¡Bien! -gritan los tres a la vez- ¡Ahora a comer!
El pirata Hugo Pata Palo, el loro Floro y el elefante grande y azul-blue, que ahora son amigos, se sientan juntos a disfrutar del delicioso tesoro.
Y azulín azulado esta aventura se ha acabado. Hasta la próxima, amiguitos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario