jueves, 19 de enero de 2012

Hugo se disfraza de pirata

A Hugo le encanta jugar con sus bloques de construcciones pero ahora quiere un poco de acción y ¡convertirse en un pirata! ¿Cómo lo hará? Pues muy atento y lo descubrirás.  
 -¡Mamá, mamá! -entra Hugo gritando al salón.
Su mamá está sentada en el sofá leyendo un libro y casi se le cae al oírle gritar.
-Dime hijo –le dice mientras cierra el libro-, ¿qué quieres?
-Quiero ser un pirata... quiero ser el pirata Pata Palo, ¿puedes ayudarme?
-Claro que sí –le responde muy cariñosa-, lo primero que hay que hacer es disfrazarte.
-¡Vale, vale! –aplaude Hugo-. ¡Qué divertido mami!
-Vamos a jugar a las adivinanzas -le dice mientras se tapa el ojo derecho con una  mano-. ¿Qué tienen los piratas en la cara?
-¡Lo sé mami, lo sé! -exclama Hugo-. ¿A qué es un parche? ¿verdad que sí? ¡Un parche! ¡Un parche!

-Sí, un parche –asiente su mamá con la cabeza-. Y ¿qué se ponen en la cabeza? Es algo que mamá se coloca a veces en el cuello.
-Un, un ¡un pañuelo! –dice mientras da saltitos de alegría.
-Genial cariño –le dice su mamá-. Y ahora vamos a mi cuarto a buscar el parche y el pañuelo.

Hugo y su mamá entran en el cuarto. Mamá encuentra rápido el pañuelo y se lo enseña.
-Mira Hugo, ¿te gusta este pañuelo rojo?
-Si mami, es muy bonito, pero ¿el parche? -pregunta Hugo muy impaciente-. ¡Yo quiero el parche! ¡Yo quiero el parche!
-Calma hijo, calma –intenta tranquilizarle-, este antifaz que utiliza papá para dormir puede servirnos. Creo que ya estamos listos para convertirte en el pirata Hugo.
Mamá le pone el antifaz pero solo tapándole  el ojo derecho, luego le coloca el pañuelo en la cabeza y se lo ata en la parte de atrás.
-Mírate al espejo Hugo –le dice muy satistecha.
-¡Guau mami! -grita sin dejar de mirarse ni un instante al espejo-. ¡Parezco un pirata!
-Mmmmmm -murmura mamá en voz alta-, creo que falta una cosa porque si quieres ser el pirata Pata Palo necesitamos…, y se toca una pierna.
-¿Una pata de palo? –contesta sin estar muy convencido.
- Si, claro, una pata de palo –responde mamá-. Ahora vengo, ya verás que bien te va a quedar el disfraz.
Se acordaba de que esa misma mañana se había roto el palo de la escoba que es de madera y fue a buscarlo. Cogió un trozo, se lo sujetó bien bien con un cinturón y ¡alehop!, por arte de magia Hugo se convirtió en Hugo, el pirata Pata Palo.
-¡Perfecto! –dice su mamá muy orgullosa-, ya eres un auténtico pirata.
-¡Gracias mamá! – dice Hugo y se va corriendo.
La mamá de Hugo se sorprende porque no sabe a dónde ha ido, pero no tarda mucho en descubrirlo porque de repente aparece...y con algo en la mano. "¿Qué es? ¡Es la pala de la playa! ¿Para qué la querrá? "
-Mira mamá –le enseña la pala-, es mi espada de pirata.
-Es verdad cariño –responde y le da un besito en la frente-,  se me había olvidado que los piratas también lleváis espada. Y otra cosa más, todos los piratas tienen su canción, ¿tú quieres una?
- ¡Siiiiiiiiiiiii! -responde Hugo muy contento.
- Pués escucha, aprende y canta conmigo Hugo, ya verás que bien lo vamos a pasar.

Y Hugo escuchó, aprendió y cantó su canción, la canción del pirata Pata Palo.
 “Soy el pirata Pata Palo, soy muy alto y corpulento, y me pongo un gran parche en el ojito derecho;
como todos los piratas vivo en un bonito barco, fabricado de madera como mi pata de palo;
voy en busca de tesoros con mi gran amigo Floro, navegando por los mares y comiendo calamares;
duermo mirando a la luna y a las estrellas que brillan, sueño con vivir aventuras, muy locas y divertidas”.
Hugo se pasó el resto de la tarde jugando a los piratas, cantando su canción y yendo de aquí para allá. Corrió tanto tanto tanto que cuando se sentó en el sofá se quedó dormido, pero en sus sueños siguió siendo Hugo, el pirata Pata Palo

No hay comentarios:

Publicar un comentario